Eso de la relatividad no acabo yo de pillarlo

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─ Calma, entenderéis lo de la relatividad, no es tan complicado. Imaginaos que vais en un cohete espacial a una velocidad cercana a la luz, lo que por ahora está fuera de vuestra capacidad. Cuando regresarais encontraríais a todos más viejos. En cambio, ellos os seguirían viendo igual.

─ ¿Perdón? ¿Comorrr?

─ Un momento. Sigamos con el ejemplo. En ese viaje, que realizáis a una velocidad casi idéntica a la de la luz, vamos a decir que empleáis un tiempo de treinta años, unos diez mil días. Hablo de tiempo como lo medís los humanos, quede claro. Para los que se hubieran quedado en tierra habríais tardado eso, pero para vosotros habrían trascurrido menos de dos horas. Así, los demás os verían tal cual los dejasteis antes de iniciar el viaje y vosotros a ellos con treinta años más.

─ Flipante, tío. Menuda rayada. Como en las pelis.

─ Hay películas de ciencia-ficción que plantean cuestiones más verosímiles que las que postulan muchos científicos. Pero bueno, esa es otra historia. ¿Cómo es posible? Cuanto más cerca se está de la velocidad de la luz, más lentamente transcurre el tiempo; para vosotros, claro.

─ Ya estamos con el lío otra vez.

─ No, ya veréis cómo no. Vamos a suponer que la velocidad de la luz es de solo cien kilómetros por hora. Si fuera esa, podríais observar sin problema los efectos de la relatividad.

─ Eso de la relatividad no acabo yo de pillarlo, colega, ¡qué quieres que te diga! ─intervino Johnny.

─ Ni yo ─dijo Tomate.

─ Un tal Einstein… ¿Sabéis quién fue?

─ Pues sí, sabemos quién fue. ¡Que no somos tan negaos, tío! Mira, en el pafeto de El Rana hay una foto suya sacando la lengua. Es un científico de esos, un viejales de lo más cachondo ─aclaró Johnny.

─ Conocéis, pues, su teoría de la relatividad.

─ Joder, tío, tampoco es eso.

─ Bien, pues según Einstein, todo movimiento es relativo. Como os decía, depende del observador y de cómo se mida. También dijimos que la velocidad de la luz no cambia. ¿A qué se debería entonces que en el supuesto viaje a que nos referíamos el tiempo transcurrido no fuera el mismo, por qué a los que no viajaron los veríais treinta años más viejos y ellos no apreciarían cambio físico alguno en vosotros? Según Einstein el tiempo varía según la velocidad a la que se viaja. Para viajar se necesita energía, cuando os movéis gastáis energía, si corréis un buen rato os cansáis porque habéis gastado energía. La energía transforma la masa, un jugador de fútbol suele perder entre dos y tres kilos durante los noventa minutos que dura el partido. ¿Por qué? Porque ha empleado su energía, ha realizado un trabajo, un esfuerzo.

─ Quieto parao Baldomero, que no me entero. Si no trabajáramos ¿viviríamos más?

─ Posiblemente.

─ Pues viviremos mil años, porque al paso que vamos…

Manuel Cerdà: Prudencio Calamidad (2017). Disponible solo a través de Amazon.

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