¿Bulo o verdad?

Resulta que la Cadena SER (Sociedad Española de Radiodifusión) informó ayer, 20 de abril, de la existencia de un correo de la Guardia Civil remitido a las diferentes comandancias en el que insta a sus unidades a identificar noticias falsas y fake news “susceptibles de provocar estrés social y desafección a instituciones del Gobierno». Fechado el pasado 15, insta a los agentes a la “identificación, estudio y seguimiento en relación con la situación creada por el COVID-19 de campañas de desinformación, así como publicaciones desmintiendo bulos y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno”. La finalidad es realizar un gran informe que correría a cargo de la Unidad de Coordinación de Ciberseguridad, que en informes previos describe la desinformación como “conjunto de publicaciones en Internet, principalmente en redes sociales, de noticias falsas, medias verdades o información altamente subjetiva presentada como objetiva, con una finalidad desestabilizadora, de polarización de la opinión pública en asuntos de interés general, o de estrés social, quebrando la confianza en los poderes y representantes públicos».

Igual que el GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) tratan de identificar mensajes falsos difundidos en internet y a través de las redes sociales que van desde teorías conspiratorias hasta narrativas que buscan perjudicar la imagen de los gobiernos e instituciones.

Pues nada. Vamos a ver si es cierto y son capaces de determinar qué es un bulo y qué no. ¿Es bulo el siguiente apunte o es “información altamente subjetiva presentada como objetiva”, como señala el correo en cuestión?:

Los políticos españoles, sin excepción, son extraordinarios. Y el rey, por supuesto. Y la familia real. Son más que buenos. Son fantásticos. Son tan ecuánimes, rectos y versados, que saben de todo e igual sirven para un roto que para un descosido. Muestran tanta eficacia que, luego, las empresas privadas y grupos financieros se los rifan, pues es sumamente difícil encontrar gente de tanta valía y con tanta formación. Los organismos y entidades –sean públicos o privados– también tienen su corazoncito y son conscientes de que “este virus lo paramos unidos”. Todos a una, como en Fuenteovejuna, saldremos de esta esta infausta situación más fortalecidos. Construiremos un mundo nuevo, un ser humano nuevo, y la solidaridad y la cooperación se convertirán en valores irrenunciables.

Todo ello se lo debemos a nuestros entregados políticos. ¡Para que luego hablemos mal de ellos y critiquemos su gestión! Admitamos de una vez nuestra inferioridad moral e intelectual y reconozcamos su infinita superioridad. No nos los merecemos. Son excelsos y sabedores de la verdad. ¿Qué haríamos sin ellos? ¿Quiénes somos para cuestionarlos y decir o publicar fake news que contradigan su criterio y el de las sabias instituciones y organismos internacionales? Nadie, no somo nadie. Así que no hay nada que decir. ¡Y punto en boca!