
Manifestación en apoyo de De Gaulle el 30 de mayo. / AFP.
El jueves 30 De Gaulle anunciaba que no pensaba retirarse, disolvía la Asamblea General y convocaba elecciones legislativas. Al discurso siguió una enorme manifestación en los Campos Elíseos que congregó en torno al millón de personas para mostrar su apoyo a las medidas anunciadas. Infinidad de banderas francesas, muchas de ellas con la cruz de Lorena incorporada a la enseña en la Francia libre durante la Segunda Guerra Mundial, ondeaban al viento. Los manifestantes cantaban La Marsellesa y llevaban pancartas de adhesión a De Gaulle.
Solo dos días después, el 1 de junio, el periódico comunista L’Humanité publicaba unas declaraciones del secretario general de la CGT anunciando que el sindicato no entorpecería el desarrollo de la consulta electoral. Interesa a los trabajadores poder expresar, en el marco de las elecciones, su voluntad de cambio, concluía.

Manifestación de estudiantes el 1 de junio. / © Charlet, Hermann/Fonds France-Soir/BHVP /Roger-Viollet.
Ese mismo día Cohn-Bendit condenaba todas las organizaciones dispuestas a abandonar el combate para dejarse llevar por el orden impuesto por las elecciones burguesas y la UNEF se apresuraba a convocar una manifestación, bajo el eslogan Elecciones, traición, que reunió a unas cuarenta mil personas; la mayoría, de nuevo, estudiantes.
―Esto se ha acabado, Martha ─comentaba Sam, decepcionado.
―No seas tan negativo. La mayoría de los trabajadores han mostrado su repulsa a los acuerdos de Grenelle y sigue en huelga.
―Hasta que los acuerdos se mejoren. Luego acudirán en masa a votar y ¿quién ganará las elecciones? ¿Los comunistas? Lo dudo.
Manuel Cerdà: Tiempos de cerezas y adioses (2018).
Bueno leerte!
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Un placer que lo hagas. Siempre, ya lo sabes. Un abrazo.
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