
“Agonía” (1915). Edvard Munch.
Entré en el portal, cogí el ascensor (…) y regresé a mi madriguera. No esperaba la muerte de don Cosme tan pronto. Me conmocionó. Había muerto solo, sin siquiera despedirse de Violeta, con los ojos abiertos en busca de una última imagen reconfortante, sin que nadie le hubiese ayudado, cosa por otra parte imposible puesto que, habiéndose declarado su cuerpo en bancarrota, ya no le quedarían fuerzas para pedir auxilio, inaudibles sus demandas por la debilidad de su voz que, no obstante, debía sonar en su interior con aterradora fuerza. Nadie escuchó nada. Hasta que Evaristo olió a putrefacción. Yo tampoco me había enterado. Ocupo un apartamento en la novena planta, don Cosme uno de la segunda, solo un par de minutos en ascensor nos separaban, unos veinte metros en vertical. No parece gran distancia, menos cuando la distancia está en uno.
Manuel Cerdà: El viaje (2014).
Publicada originalmente en: https://musicadecomedia.wordpress.com/2016/05/18/no-siempre-la-distancia-se-mide-en-metros/