Gaîté Parisienne

Para la confección de este vídeo he seleccionado 138 imágenes del París de la Belle Époque, del ambiente y de sus cabarets sobre todo. Creo que todas ellas son identificables, pero si tiene alguna duda o siente curiosidad sobre cualquier aspecto de las que se muestran puede consultármelo y, si lo sé, le responderé gustosamente.

En 1937, un joven compositor llamado Manuel Rosenthal recibió el encargo de componer la partitura para un ballet basado en la obra de Jacques Offenbach que llevaría por título Gâité Parisienne. Por entonces, Rosenthal era director asociado de la Orquesta Nacional de Francia y, si bien ya había estrenado alguna obra como compositor y ganado en 1928 el premio Blumenthal, no era demasiado conocido.

La idea de crear dicha obra se debió al coreógrafo y bailarín Léonide Massine, responsable desde 1932 de las coreografías de los Ballets Rusos de Montecarlo. La partitura se encargó primero a Roger Désormière, prestigioso compositor y director que finalmente declinó la oferta. Fue el propio Désormière quien propuso a Rosenthal, su amigo, aduciendo entre otras razones que este ya había compuesto la suite Offenbachiana a partir de temas de Offenbach. Nadie, pues, mejor que él para tal tarea.

Rosenthal se puso manos a la obra y en poco tiempo tenía lista la partitura. Para su composición tomó como base argumental la opereta La vie parisienne y hábilmente enlazó conocidos números musicales de otras operetas de Offenbach, como Orfeo en los infiernosLa bella Elena o La Périchole y otras menos conocidas, hasta un total de siete. Sin embargo, cuando Massine escuchó la partitura no le gustó nada y propuso que otro se hiciera cargo de la misma. Tras la mediación de Ígor Stravinski, no obstante, cedió. Stravinski creía en Rosenthal y estaba convencido de que la obra sería un gran éxito. No se equivocó. Gâité es un vocablo francés que significa alegría, y eso es lo que transmite el ballet –que finalmente se estrenó el 5 de abril de 1938–, esa alegría parisina tan propia de los tiempos de Offenbach que caracterizaba la desenfadada sociedad de la época (la burguesía, precisemos; los obreros pocas alegrías tenían).

Oberturas de operetas

De la ópera, de cuyas oberturas se ocupaba la entrada de ayer, a la opereta. Hoy siete oberturas de conocidas operetas que he seleccionado siguiendo los mismos criterios que ayer: mi propio gusto; la existencia de vídeos que se puedan insertar y tengan una calidad de audio e imagen aceptable, y que la interpretación sea también de mi agrado. También las he ordenado cronológicamente según el año en que se estrenaron.

La primera es la obertura de Orphée aux enfers (Orfeo en los infiernos), de Jacques Offenbach, estrenada en París en 1858, la primera opereta larga de la historia, pues las operetas anteriores constaban de un solo acto ya que la legislación francesa no permitía otra cosa. Esta, sin embargo, tenía nada menos que cuatro. La versión que sigue corre a cargo de la MÁV Symphony Orchestra de Budapest, dirigida por Balázs Bánfi, en un concierto celebrado en el Hungarian National Museum (Budapest) en 2016.

Seguimos con Offenbach. De 1864 es una de sus mejores operetas: La belle Hélène (La bella Elena). El licencioso mensaje de la obra escandalizó en el momento de su estreno. La obra cuenta la historia de Elena de Esparta, esposa de Menelao, mujer caprichosa y un tanto atolondrada, bella como pocas, o como ninguna, que vivía atada a las rígidas normas de comportamiento que imposibilitan su amorío con Paris y, en soledad, lloraba sus penas mientras en su interior luchaba por llevar adelante sus deseos frente al papel que, como reina y mujer casada, estaba obligada a representar. Nada nuevo. Pero Offenbach invirtió los roles y montó una extravagante historia en la que Elena no era más que una frívola mujer, Menelao un cornudo y el sumo sacerdote un corrupto. Una orquesta de jóvenes músicos, la Portland Youth Philharmonic Alumni Orchestra, bajo la batuta de David Hattner, hace que suene así de bien en el vídeo que sigue, grabado en el Arlene Schnitzer Concert Hall de Portland (Oregon) el 26 de diciembre de 2012.

Leichte Kavallerie (Caballería ligera), de Franz von Suppé, es una de las oberturas de opereta más interpretadas por orquestas y bandas de música, lo que ha convertido en tremendamente popular. Se estrenó el 21 de marzo de 1866 en el Carl Theater de Viena. Vemos a continuación la versión de la Orquesta de Cleveland, dirigida por Franz Welser-Möst, en un concierto que tuvo lugar en enero de 2012 en Cleveland (Ohio).

Durante años, Johann Strauss dudó de sus posibilidades como compositor de operetas –creía no estar a la altura– pero su esposa, la ex cantante de ópera Henriette Challupetzky, conocida como Jetty –que fallecería en 1878– le animó a hacerlo. Gracias a ello llegó su opereta más celebrada: Die Fledermaus (El murciélago), que se estrenó el 5 de abril de 1874 en el Theater an der Wien de Viena. Escuchamos su obertura por la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida por Georges Pretre durante el concierto de Año Nuevo de 2010 de la capital austriaca.

También de Strauss es la obertura de opereta que sigue, correspondiente a Der Zigeunerbaron (El barón gitano), estrenada el 24 de octubre de 1885 en el Theater an der Wien. Al igual que la anterior, Der Zigeunerbaron suele formar parte de los conciertos de Año Nuevo de Viena. A uno de ellos, el de 1992, pertenece el vídeo que sigue, en el que vemos a la Orquesta Filarmónica de Viena dirigida esta vez por Carlos Kleiber.

Y de austriaco a austriaco, de Strauss a Lehár, otro de los grandes compositores de opereta. Su opereta Die lustige witwe (La viuda alegre) es una de las más conocidas y representadas. También una de las mejores que se han compuesto, con melodías de fácil audición, llena de hallazgos musicales y momentos inspirados, perfecta para iniciarse en el fascinante mundo de la opereta (algo así como La Traviata respecto a la ópera). Vamos a escuchar su obertura en un concierto de la Orchestra giovanile di fiati dell’EUREGIO (comunidad entre cerca de 130 ciudades de Alemania y Países Bajos) celebrado en 2016, con dirección de Wolfgang Rosenberger.

Un salto en el tiempo y finalizamos con Gustavo Dudamel dirigiendo la Filármonica de Viena, que interpreta la obertura de la opereta de Leonard Bernstein Candide (1956), basada en la novela homónima de Voltaire, estrenada ese mismo año en Broadway. La actuación tuvo lugar durante el Summer Night Concert de 2019, frente al Palacio Schönbrunn de Viena.

Que la vida sea amable con ustedes.