Me ha costado lo suyo, como he comentado en anteriores entradas. Por momentos creí que quien se había caído en un hoyo era yo y no el personaje de la novela, y que jamás saldría de él. Cuando parecía que ya estaba fuera, un nuevo contratiempo (una errata en la contraportada que se me pasó y suerte que alguien se dio cuenta y me lo dijo) me devolvió al hoyo. Por eso publiqué una entrada hace poco en la que les decía “Por favor, ¡no lo compren! (todavía)”. Ya todo solucionado, ahora les digo “Por favor, ¡cómprenlo!” Si lo hacen, gracias. Si no, pues de nada.

De todos modos, que la vida se porte bien con todos ustedes (bueno, con algunos no) y no caigan en un hoyo (bueno, algunos sí).

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