Fumando espero

Si ven el video y les gusta les agradecería que, si no es mucha molestia, así lo hicieran constar en YouTube. Muchas gracias.

Fumar mata. Estoy harto de leer esta leyenda en las cajetillas de cigarrillos, junto a otras que anuncian terribles presagios para quienes fumamos: “Fumar perjudica gravemente la salud”, “Fumar provoca infartos”, “Fumar acorta la vida”, “Fumar reduce la fertilidad de los hombres” –a buenas horas– o “Fumar puede matar al hijo que espera”. ¿Yo? ¿A estas alturas?

Vale, no diré que no. Fumar mata. De acuerdo, Estado protector. De acuerdo, improductivo Estado productor. Igual tiene razón: fumar es malo, causa estragos terribles en nuestro cuerpo y nos mata de forma lenta y dolorosa. Y beber también, nos dice. Gracias por velar por nosotros señores del Estado y sus instituciones. Gracias por preocuparse por nuestra salud, ya que son incapaces de proteger nuestro bienestar.

Digo esto último porque, al parecer, levantarse de noche y regresar a casa –también de noche– para trabajar ‘en lo que sea’ y al precio que sea, no poder llegar a fin de mes –o siquiera comenzarlo–, que te desahucien por no poder hacer frente al pago de la hipoteca a causa de una crisis de la que solo eres víctima, que tus hijos no tengan presente ni futuro alguno, debe ser bueno para salud. No veo leyendas ni fotografías como las que figuran en las cajetillas de tabaco junto a andamios, fábricas, talleres, almacenes, oficinas… No leo artículos –en la prensa de gran tirada al menos, esa que se dice que crea opinión– que nos advierta de los males que un sistema injusto, insolidario, hipócrita y tremendamente desigual puede ocasionar en nuestra salud.

A ver si tanto empeño en que no fumemos es porque –dicen sus doctos fariseos, los poseedores de la ‘verdad eterna’– salir a fumar le cuesta a la empresa 4.000 euros al año por trabajador. Dicen. Es mejor, pues, que muramos de forma menos gravosa. Gracias, señores. Y señoras. Fumar es malo… Fumar es malo… Ustedes sí son malos: unos parásitos sociales, unos perritos falderos indignos y depreciables.

¿Saben qué les digo? Como en la canción de Brassens La ballade des gens qui sont nés quelque part, que qué bien estaríamos en este mundo sin tanto idiota, que qué bella sería la vida sin estos tontos y qué bueno sería verlos “empalados de una vez por todas en sus campanarios”. ¡Va por ustedes!

16 pensamientos en “Fumando espero

  1. Que razón tienes, yo soy fumadora…de verdad que me pregunto que le cuesta a mi empresa, no me e puesto enferma ningún día a diferencia de mis compañeros no fumadores y para poder fumar tengo que fichar, así que compenso mi tiempo de fumadora. Eso si los impuestos que pagamos por el tabaco, le vienen al estado estupendamente. Un abrazo

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    • Al final acabaremos como en Gran Bretaña, donde se deniega el tratamiento en los hospitales públicos a quienes padecen una patología relacionada con el hábito de fumar y donde muchas empresas se niegan a emplear a fumadores.
      Un abrazo un tanto humeante.

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  2. …supone muchas horas de trabajo para…menos hospital, más salud . No existe la preocupación del estado. Es todo cuestión de productividad aderezado seguramente con algo más . Me gusta. Saludos.

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  3. Es cierto que mata*. Y la vida en general mata. Cualquier cosa que hagas te mata, de un modo u otro lo hace, a su manera, a su ritmo, con su impronta, pero lo hace. Incluso no hacer nada también mata.
    Así pues, que cada cual elija el modo que más le satisfaga para irse muriendo, sin hacer daño a los demás, si es que eso es posible sea cual sea el modo por el que se opte.
    Soy fumador desde hace 47 años, los dos últimos en abstinencia. Me encuentro mejor, fumaba mucho. Si hubiera podido fumar menos, seguiría fumando, pero no fui capaz.
    De vez en cuando pienso que si llegara el día en el que un meteorito nos fuera a exterminar, me iría a un estanco con una botella de Cardhu, me compraría un cartón de Marlboro, y me sentaría en la misma puerta del estanco a fumar y beber contemplando su llegada.
    Y el maldito meteorito que no llega…
    Saludos
    *El tabaco es un veneno muy malo, es un veneno chapucero, hasta el punto de que puedes tomarlo durante cincuenta años y no morirte.
    Y dejarlo, peor, que hace que personas como yo deseemos la extinción de la humanidad con tal de volver a fumar…aunque bien pensado, se lo merecen.

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    • ¿Es que uno ya ni siquiera tiene derecho a disponer de su cuerpo y hacer con él lo que quiera? Yo sigo fumando y asumo las consecuencias de mis actos. Pero, claro, le cuesto dicen dinero al Estado. O lo que es lo mismo: al capital le resto beneficios, y con eso no se juega. Los mendaces políticos y los mentecatos gobernantes lo saben muy bien y no quieren quedarse si la poltrona.

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  4. En todo de acuerdo con la forma y el fondo de esta entrada.
    Le dejo sola la parte de la letra de Fumando Espero que quedó afuera de la canción.
    (…)
    Mi egipcio es especial,
    qué olor, señor.
    Tras la batalla
    en que el amor estalla,
    un cigarrillo
    es siempre un descansillo
    y aunque parece
    que el cuerpo languidece,
    tras el cigarro crece
    su fuerza, su vigor.
    La hora de inquietud
    con él, no es cruel,
    sus espirales son sueños celestiales,
    y forman nubes
    que así a la gloria suben
    y envuelta en ella,
    su chispa es una estrella
    que luce, clara y bella
    con rápido fulgor.
    Por eso estando mi bien
    es mi fumar un edén.
    Fumando Espero. Letra: Félix Garzo Música: Juan Viladomat

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