Antena 3 Noticias
Yo miro al que tengo delante, Prude ─respondió Robin─. ¿Qué voy a mirar si no? Y el que tengo enfrente es el puto madero. ¿Quiénes han echado hoy a Edu y a sus padres de casa? Ellos. ¿Que se lo habían ordenado otro? Ya lo sé, ¿y qué? A mí qué hostias. Quienes han dado esa orden y a los que han hecho para que se diera, jueces o banqueros, o quienes cojones sean, los que mandan, vamos, no estaban allí. Allí estaban sus esbirros, ellos estaban en sus despachos o en sus casonas. ¿Qué? ¿Vamos a por ellos? ¿Les echamos nosotros de sus casas? ¡Los cojones! Están bien protegidos, a ellos no podemos nosotros echarlos, ellos a nosotros sí. Nos plantamos allí muchos, mil, dos mil, los que sean, yo qué sé de cantidades, ante la casa de uno de estos. ¿Qué pasaría? ¿Qué harían los robocops? Ni acercarnos podríamos. Hostias y más hostias. Como esta mañana cuando lo de Edu. Siempre hostias. O aguanta y calla. ¿Dónde quieres que mire?, ¿a quién coño voy a mirar?
Manuel Cerdà: Prudencio Calamidad (2017). Disponible solo a través de Amazon.
A MI MANERA 
Solo nos queda el derecho al pataleo, a la indignación, al cabreo?
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Según estos chicos, los protagonistas de la novela junto al supuesto genio con el que se encuentran, en absoluto. Lo que quieren decir es que no se sostendría este modelo de sociedad, que controlan y dirigen unos pocos, si no hubiese tanto mindundi a su servicio, entre ellos los policías, que les protegen y defienden a toda costa. Si acabamos con ellos será más fácil derribar al poderoso.
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Entiendo y comparto la solución, pero como convencer a los doce o más millones de ciudadanos que votan a partidos como PP, Cs o Vox? a mis 63 años empiezo a creer que no lo verán mis ojos.
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¿Cómo? No lo sé, Charly, pero tampoco me importa gran cosa. ¿Convencer? La gente ha de convencerse por sí misma y nunca lo hará si no conoce otros valores como la solidaridad o el amor a los demás, que ahora parecen anticuados, que nadie practica (no se trata solo de hablar de ellos). Así nunca cambiará este modelo de sociedad, en todo caso caerá como si fuese la torre de Babel. Esto sí me gustaría verlo, pero como tú, a mis 64 años, no creo que llegue. Salud.
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