
Raico Rosemberg ©
Hartos de que se les esquilmara y se les convirtiera en papel, de que sobre este se imprimieran informaciones y noticias interesadas y tergiversadas, opiniones travestidas de objetividad y análisis disfrazados de cientificidad, hartos de que se les usara en forma de libros, diarios y revistas para satisfacer bastardos intereses de tanto mediocre meritócrata, de ser vehículo de vanaglorias y vacuidades, antes de acabar llenos de polvo y moho en cochambrosos almacenes, los árboles entraron en una profunda depresión y terminaron suicidándose.