
El artista ruso Piotr Pavlenski rueda envuelto en un rollo de alambre de púas en una protesta simbólica frente a la sede de la Asamblea Legislativa de San Petersburgo (3 de mayo de 2013).
La holgura que ansiabas tener cuando estabas en el angosto vientre de tu madre se ha mostrado tan reducida como la vía por la que se accede al dolor ajeno. Siempre es estrecho el camino por el que deambulamos, pensar en el futuro es un suplicio.
Llega un día en que la barrera más grande resulta que eres tú mismo, algo que solamente alcanzas a comprender al cabo de muchos años, cuando ya sabes que la sociedad ─la humanidad también─ no acepta a los volubles, a los que cambian de parecer según se experimenta y se aprende, a los que caminan sin rumbo fijo buscando únicamente percibir sensaciones, las que sean, a los renuentes a estandarizar y simplificar costumbres e intenciones hasta que se diluyan en la unicidad, en la hipnosis espectacular a que nos hemos entregado. Impotentes con nosotros mismos, y desde la premisa de la futilidad de toda aspiración propia y de la inutilidad de cualquier esfuerzo, solo nos movemos en la impasibilidad, poco importa que los cimientos que sostienen el entramado vital se hallen ahora sobre arenas movedizas, incapaces de soportar tanto peso. Ya no somos, dejamos de ser hace tiempo. Separación de las distintas facetas de la vida en esferas concéntricas que nunca se juntarán por próximas que estén.
Manuel Cerdà: El viaje (2014).
Publicada originalmente en: https://musicadecomedia.wordpress.com/2015/10/27/el-estrecho-camino-por-el-que-deambulamos/