Enciclopedia valenciana de arqueología industrial

Portada

Portada de la ‘Enciclopedia valenciana de arqueología industrial’.

Se publicó esta obra, que codirigí con Mario García Bonafé, a mediados de 1995. Consta de 680 páginas que comprenden más de 500 entradas redactadas por un total de 76 colaboradores, versados en los diferentes temas que en ellas se tratan y procedentes de diversos ámbitos, no solo el académico.

Respecto al por qué de su gestación, su necesidad y sus pretensiones, se explicitan en los siguientes párrafos que extraigo de su Introducción:

Los orígenes de esta se remontan a principios de 1994, cuando en la localidad de Sagunt se desarrollaban las sesiones del Segon Congrés d’Arqueologia Industrial del País Valencià, que había organizado la Associació Valenciana d’Arqueologia Industrial (AVAI) con el título ‘Cultura material i canvi social’. Tanto las ponencias como las comunicaciones mostraban que la línea iniciada en el congreso de Alcoi, celebrado cuatro años antes, empezaba a dar sus frutos. En él se intentó abandonar de una vez por todas la asimilación de arqueología industrial al estudio de determinados ‘monumentos’ industriales y definirla como la disciplina que tiene por objetivo la producción de conocimientos históricos a partir del estudio de la cultura material de la sociedad industrial-capitalista. Prácticamente nadie dudaba que la arqueología industrial es arqueología y que ambas son, en definitiva, historia. Sin embargo, y a pesar del buen nivel de las ponencias y comunicaciones del congreso de Sagunt, estas –en su mayor parte– evidenciaban una muy escasa utilización de las técnicas propias de la metodología arqueológica.

Esta situación tiene su lógica. Trabajar en arqueología industrial en el País Valenciano sigue siendo una tarea complicada: se trata de una disciplina aún joven en la que queda mucho por hacer y no existe un reconocimiento académico suficiente que garantice una formación adecuada. Además, la asunción de la arqueología industrial como arqueología era un hecho evidente para muchos de los que participamos en el congreso de Sagunt, pero no tanto para el conjunto de arqueólogos, los cuales siguen ignorando sistemáticamente los estratos contemporáneos en sus excavaciones. Por otra parte, la práctica totalidad de los historiadores que investigan sobre los dos últimos siglos sigue sin recurrir a las fuentes materiales. (….)

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Una de las páginas de la enciclopedia.

Aparte de esta, hasta la fecha únicamente existe otra enciclopedia, en inglés [B.S. Trinder (dir.): The Blackwell Encyclopedia of Industrial Archaelogy, Londres 1992]. Sin embargo, las referencias a cuestiones metodológicas son escasas. Conceptos como el de ‘estratigrafía muraria’ –imprescindible a la hora de trabajar en arqueología industrial– no figuran como entrada ni son siquiera mencionados. (…)

Esta enciclopedia se basa, en consecuencia, en la premisa de que la arqueología industrial tiene su propio método, que no es otro que el arqueológico (incorporando los registros oral y escrito. La hemos titulado Enciclopedia valencia de arqueología industrial y no ‘del País Valenciano’ porque, si bien su ámbito geográfico es este, hemos pretendido ir más allá al incorporar un gran número de entradas sobre su metodología, válidas para cualquier investigación en cualquier lugar.

Ordenada alfabéticamente, la obra trata sobre aspectos relacionados, como decíamos, con la metodología arqueológica, las diversas industrias –incluyendo la dedicada a la transformación de productos agrícolas–, fuentes de energía, elementos arquitectónicos y de la construcción, transportes y comunicaciones, obras públicas e ingeniería civil y mecánica, así como una amplia selección de las principales localidades en las que las huellas del proceso de industrialización son más evidentes.

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Artículo de Jesús Civera sobre la enciclopedia (Levante-EMV, 19 de octubre de 1996).

Salió en mal momento. Un año después, Jesús Civera, entonces jefe de la sección de Cultura del diario Levante-Emv, publi-caba en dicho medio un artículo de opinión titulado “Silencio” (19 de octubre de 1996) en el que, entre cosas, decía lo siguiente:

El último trabajo de Manuel Cerdà y la obra póstuma de M. García Bonafé en la IVEI (G.B. salió de Alfons el Magnánim cuando entró el PP en la Generalitat), firmada conjuntamente, ha pasado desapercibida. Salió hace unos meses publicada por la IVEI, es decir, sumida en la acostumbrada semiclan-destinidad (…) y entre la escasa publicidad de la casa matriz y el menguado estímulo con que suelen acoger los medios de comunicación (…) trabajos como este, el estudio ni siquiera ha alertado a los historiadores del gremio. Y es una lástima. O una barbaridad, según se mire. Porque la enciclopedia repasa los monumentos industriales de esta tierra e intenta una definición de la disciplina (…) Y después interpretar la cultura material de la sociedad industrial. La obra, sin embargo, duerme en el silencio. Significativo, sí.

Así fue. La enciclopedia apenas se difundió, su distribución fue mínima. Aún así, alguna que otra reseña apareció en revistas especializadas como Historia industrial (núm. 10, 1996, que firma Eusebi Casanelles), Industrial Archaeology Review (vol. 18, núm. 2, 1996) o Historia Social, ha sido citada en numerosos trabajos y continúa usándose y siendo útil. En la actualidad sigue a la venta al precio de 48 euros, como figura en catálogo de publicaciones de la Institució Alfons el Magànim. Si se vende o no es algo que desconozco, pues nunca he recibido información al respecto.

Associació Valenciana d’Arqueologia industrial (AVAI)

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Asociación fundada en la ciudad de Valencia en 1988 con la finalidad de velar por el patrimonio industrial e impulsar los estudios sobre arqueología industrial en el País Valenciano. Con la creación de esta entidad se cumplía uno de los acuerdos tomados durante las ‘Jornades sobre teoria i mètode d’arquelogia industrial’, que organizó el Centre Alcoià d’Estudis Històrics i Arqueològics. Esta entidad y la AVAI se encargaron de celebrar en Alcoi, en noviembre de 1990, el I Congrés d’Arqueologia Industrial del País Valencià, con la participación de reconocidos especialistas en la materia valencianos y extranjeros (Italia, Reino Unido y Canadá). En este congreso se puso de manifiesto la inquietud de la AVAI por ir más allá de los planteamientos de habían caracterizado otros encuentros de ámbito peninsular, centrados fundamentalmente en la consideración del patrimonio monumental y su salvaguarda y no en lo que, a juicio de los organizadores, debía ser una verdadera arqueología industrial, que parta siempre de la aplicación del método arqueológico para producir conocimientos globalizadores de la sociedad industrial capitalista.

El Centre d’Estudis d’Història Local publicó en 1991 Arqueologia Industrial. Actes del Primer Congrés d’Arqueologia Industrial. Algunas de las comunicaciones del segundo congreso (Cultura material i canvi social, 1994) apostaron claramente por esta última concepción. Con el mismo título, las actas fueron editadas por la AVAI el año 1996. La posterior falta de financiación impidió la celebración de un tercer congreso, como también la continuidad de la publicación del Butlletí que la AVAI editó entre 1991 y 1996 y de la que llegaron a salir siete números. De periodicidad semestral, incluía noticias y artículos sobre arqueología y patrimonio industriales. Actualmente ha sido sustituido por un boletín de formato electrónico.

Congrés AI Alcoi amb M. Palmer i D. Newell

Marilyn Palmer, Idaísa Miró, Manuel Cerdà y Diane Newell durante la celebración del I Congreso de Arqueología Industrial.

Además de estas actividades, la asociación inició –con el patrocinio de la Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la Generalitat Valenciana– el inventario del patrimonio industrial del País Valenciano (1993, 1994). Ha organizado diversas actividades cívicas y cursos (‘Curs d’arqueologia per a historiadors’, 1992), ha sido responsable de elaborar un Proyecto Museológico sobre la ciudad de Alcoi (1997) bajo la dirección de su presidente, Manuel Cerdà, por encargo del Club d’Amics de la UNESCO d’Alcoi, y ha colaborado en la publicación Enciclopedia Valenciana de Arqueología Industrial (1995). Asimismo, junto con el Departamento de Historia del Arte de la Universitat de València, ha participado en las primeras excavaciones arqueológicas industriales que se han llevado a cabo en el País Valenciano, concretamente en la ciudad de Alcoi (1999-2002), dirigidas por Manuel Cerdà y financiadas por la Universitat de València y el Museu Valencià d’Etnologia.

Ana Sebastià Alberola, entrada “Associació Valenciana d’Arqueologia industrial (AVAI)”, Diccionari d’historiogrqfia catalana, 2003.

En 2010 se intentó poner de nuevo en marcha la AVAI, inactiva desde 1998. Yo era por entonces profesor de la facultad de Geografía e Historia de la Universitat de Valéncia, donde impartía la asignatura Arqueología Industrial y desde donde había llevado a cabo varias campañas arqueológico-industriales y otras para el Inventario General del Patrimonio Cultural Valenciano. Hablé del asunto con aquellos alumnos, becarios y colaboradores voluntarios de las excavaciones que había mostrado una mayor predisposición y un mayor interés por la arqueología y el patrimonio industriales. No fue necesario insistir mucho para que retomasen la iniciativa. Se abría así una segunda época de la asociación, pero lamentablemente no duró mucho, un par de años. No por falta de voluntad de los ilusionados jóvenes –ahora ya no tan jóvenes– que tomaron las riendas, ni mucho menos. Podríamos decir, aunque no sea una expresión de mi agrado, que las condiciones no eran las adecuadas. La mayoría de quienes fundamos la primitiva AVAI a finales de la década de 1980 contábamos con un trabajo y unos ingresos. En 2010 la situación era otra bien distinta. Ahora, la mayoría carecían de ambas cosas, al menos de forma regularmente estable y continuada. La precariedad laboral comenzaba a hacer estragos. Si a ello añadimos la absoluta indiferencia de los medios académicos y de la administración pública, poco margen de maniobra podían tener. No me cabe duda, sin embargo, de que hicieron cuánto pudieron, ni tampoco de lo que lo siguen y seguirán haciendo.