En nombre de la Asociación Internacional de Lesbianos, de la que soy fundador y único miembro por ahora, quiero manifestar mi más enérgica repulsa a la constante discriminación de que somos objeto en y desde todas las instancias, como muestra el caso que paso a exponer a continuación.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la población de España es de algo más de 46 millones y medio de personas (46.549.045 según datos a 01/01/2017), de las cuales casi 23 millones son hombres y algo más de 23 millones mujeres. El INE no establece otra diferencia. Lógico, los niños y niñas son también personas –sin voz ni opinión, pero personas–, solo que de menor tamaño.
Doy por supuesto que me hallo incluido en el grupo de los hombres. Digo por supuesto porque nadie me ha preguntado qué soy en realidad. Cuando nací, el médico observó que tenía pilila y en el certificado de nacimiento puso ‘varón’, es decir, hombre, macho, caballero, señor, individuo (sinónimos que figuran en los diccionarios). Que don Paco, el médico que atendió el parto, no lo hiciera, preguntarme, me parece de lo más natural. Pero que nadie lo haya hecho después es intolerable, por mucho que responda al axioma “Las chicas no tienen pilila y nunca la tendrán” (Los Inhumanos dixit).
Como persona, como individuo de la especie humana, como ser racional, pues, o supuestamente racional, me cabrea sobremanera sentirme excluido. Mi personalidad y carácter, mi manera de sentir y, en consecuencia, de comportarme son –siempre lo han sido– más propias de lo que tradicionalmente se ha considerado que configura ‘lo femenino’, el estereotipo femenino. Esta afirmación puede ser corroborada empíricamente por los testimonios de quienes me conocen a fondo.
Si la diferencia entre ser hombre (grande o pequeño) y ser mujer (grande o pequeña) es tener o no pilila, ‘soy’, pues, hombre. Si no, ‘soy’ mujer. En todo caso ‘soy’. De esto sí estoy seguro. ¿Podría decirse, por tanto, que soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre? Ya sé que esta es una frase muy manida, pero uno es así de simple. Podría. Pero yo prefiero definirme lesbiano. Me explico. Es que a mí me gustan las mujeres, afirmación que también puede ser corroborada empíricamente por diversos testimonios de entre ese más de 23 millones mujeres que habitan en España, e incluso fuera de España.
Tal estado de cosas me genera un permanente y creciente desosiego y un enorme desconcierto. Un desconcierto que no se reduce al dilema metafísico de quién soy o qué soy y que, por tanto, correspondería dilucidar a mi capacidad cognitiva. Ya quisiera. Pero no, afecta directamente a mi vida cotidiana, a mi día a día. Hasta el punto de quedarme paralizado ante la imposibilidad de reconocerme (me da igual que me reconozcan). O es verdad que la diferencia entre un hombre (grande o pequeño) y una mujer (grande o pequeña) estriba en tener pilila o no, o bien no soy capaz de descifrar la significación del mensaje visual de las señales que, se supone, me transmiten los semáforos de Valencia ciudad, esos que llaman ‘paritarios’ (de parida, evidentemente). ¿Qué leches son los muñequitos (o muñequitas) con falda? ¿Mujeres? Si es porque llevan falda, si esa es la diferencia, de acuerdo. Si no, yo qué demonios sé. ¿Mujer? ¿Hombre? Imposible averiguarlo, pues no hay forma de saber si, bajo la falda, la persona que representa la figura en cuestión tiene pilila o no. Menos mal que no soy escocés. Y que resido en Valencia –bueno, en El Cabanyal, que no es lo mismo, porque si fuera en Madrid… Observan la fotografía. No tengo pareja, ni mujer ni hombre.
Terrible. ¿Y yo? ¿Yo cuando cruzo? Mujer con falda (o escocés) o ser asexuado (como muestran las imágenes, el muñequito que no lleva falda carece de sexo). No hay más opciones, pues para los lesbianos no veo ninguna señal. ¿Qué hago? ¿Espero pacientemente a que llegue mi turno? Es evidente que nunca saldrá el muñequito (muñequita) que me identifique. ¿Me salto las señales y cruzo cuando no me toca? ¡Qué difícil es ser buen ciudadano!
¡Ahí va! Acabo de acordarme de que tengo dos multas sin pagar por haber cruzado cuando no debía. Da igual. Ya me embargarán el montante a través del banco, y con los intereses que los genios que conciben tales invenciones se compren unos orinales de sombrero por si un día se les ocurre hacer la voltereta y la mierda que hay en sus cerebros se expande por doquier. ¿O es ahora cuando llevan el orinal puesto? Yo ya no sé nada, excepto que me discriminan y excluyen.
Jjajaj, la verdad que ser hetero no está de moda, nos han quitado hasta de los semáforos, ajaja, muy bueno.
Un abrazo.
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De tres comentarios, dos han sido de mujeres, el tuyo y el de Cristina. Disculpa, pues, que os conteste a las dos lo mismo: ¿veis cómo es cierto que pienso y siento más ‘en femenino’ que ‘en masculino? ¿Y si nos dejamos de estereotipos y nos centramos en los valores?
Un abrazo y gracias por el comentario, muy reconfortante viniendo de una mujer (o de una mujer si pilila).
¡Ah! Por cierto, yo nací el 1 de julio de 1954 según el calendario gregoriano, pero según el calendario ‘Patafísico lo hice el 17 Gidouille del año 92 de la Era ‘Patafísica, festividad de Santa Hembra, ‘especialista’. Más a mi favor.
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Muy buen artículo jajaja. Óle¡¡¡¡ Felicidades.
Un abrazo.
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De tres comentarios, dos han sido de mujeres, el tuyo y el de Elficarosa. Disculpa, pues, que os conteste a las dos lo mismo: ¿veis cómo es cierto que pienso y siento más ‘en femenino’ que ‘en masculino? ¿Y si nos dejamos de estereotipos y nos centramos en los valores?
Un abrazo y gracias por el comentario, muy reconfortante viniendo de una mujer (o de una mujer si pilila).
¡Ah! Por cierto, yo nací el 1 de julio de 1954 según el calendario gregoriano, pero según el calendario ‘Patafísico lo hice el 17 Gidouille del año 92 de la Era ‘Patafísica, festividad de Santa Hembra, ‘especialista’. Más a mi favor.
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Bueno, en este caso he de decir que no hago esa distinción entre hombre-mujer. Me explico: Tu caso ya lo has explicado aquí, pero si fuese el contrario, el de una mujer que manifiesta rasgos masculinos,(sean estos del carácter que sean,lo aplaudo igual). ¿Quién soy yo para decir si eso está «bien o mal», o si es «correcto» o no?. ¿Qué es lo bueno y qué es lo malo?, A lo mejor quien está en modo ERROR soy yo. En este caso me considero una persona abierta a todo tipo de razas, culturas, religiones, formas de ser y otros posibles. Yo lo que valoro es lo que los demás me aportan, no lo que «son», bien por cómo se califiquen ellos mismos o los califiquen los demás.
Hace tiempo, un persona de cuya amistad perdí por el camino me dijo: Cristina, he de confesarte algo, soy homosexual. A lo que yo solté una carcajada y le dije: Ya lo sabía, ¿Y?….
Abrazo.
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Eso es. Suscribo tus palabras una por una.
Un abrazo, Cristina.
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Muy bueno el artículo, irónico pero fino. Realmente en la sociedad políticamente correcta actual cuesta saber si es una broma. Seguro que dentro de poco «lesbiano» es un nuevo género
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Nací el 1 de julio de 1954 según el calendario gregoriano, pero según el calendario ‘Patafísico lo hice el 17 Gidouille del año 92 de la Era ‘Patafísica, festividad de Santa Hembra, ‘especialista’. Más, pues, que una broma, esto sería una especulación, una reflexión, una paja mental si quieres, sobre el absurdo de nuestra existencia y esa visión unidireccional que marca el pensamiento único haciendo que la vida en sociedad sea cada día más espectacular. En esta sociedad la imaginación ya no tiene cabida. No le pidas a nadie que le suceda alguna cosa ficticia, pues nada verdadero puede suceder en sus vidas en un mundo en el que todo es ilusión, ya que sus deseos han dejado de ser deseos para ser dictados de las tendencias de mercado.
No sé si la palabra ‘lesbiano’ llegará a tenerse en cuenta. De momento, en la Asociación sigo siendo yo el único miembro.
Muchas gracias por el comentario, el único que me ha hecho un hombre. Saludos.
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Muy bueno, Manuel. A este paso nos vamos a tener que inventar tantos géneros que el diccionario no va a dar abasto.
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A mi me gusta ‘Merdre’, la de Ubú rey, inventada por Jarry. Suena bien y en ella cabe todo. Pero estos ‘modelnos’ que confunden política con gestión de las finanzas de los poderosos, ni saben quien es Jarry ni dan para más.
Inventemos. Si perdemos la imaginación, ¿qué nos queda?
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Pingback: Padre Ubú y Madre Ubú toman las riendas del carro del Estado (paritariamente) | EL BLOG DE MANUEL CERDÀ
Esa idea de querer «complacer a todos» para arañar votos de todos los rincones, que tienen tan arraigada los asesoresdeimagendelospolíticosdeahora…🤷
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Cuando hay un asesor de imagen, es porque esta es la protagonista.
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Nos ha encantado tu artículo la verdad jajaja enhorabuena 🙂
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Muchas gracias. A mí no me gusta seguir el camino marcado, prefiero los desvíos.
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Reblogueó esto en La Desventuray comentado:
Me ha gustado mucho este texto. Irónico pero inteligente.
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Gracias mil. Disculpa el retraso en contestar. Explico los motivos en una entrada que acabo de publicar: estoy rehaciendo el blog por completo, y estas cosas o te pones a hacerlas de repente, sin pensarlo demasiado, o no lo haces nunca. Y en esas sigo hasta el año que viene, seguro.
Mis mejores deseos de que te haya ido como haya ido este año, el próximo vaya mejor.
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Ja ja, pues yo prefiero saltármelos sin mirar. Te juro que es más seguro, al menos en Barcelona.
Saludos de lesbiano daltónico
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No estés tan seguro, Xabier. Hace unos meses me salté uno. Un coche de la policía municipal que se acercaba, aunque para atropellarme debería haber acelerado a toda hostia, se paró y me paró. Bajó una poli y empezó a recriminarme por haberlo hecho. Vale, de acuerdo, tiene razón… Pero nada, ella seguía y seguía con su regañina. Que sí, que bien… Y ella dale que te dale. Al final le dije: Oiga, ya está bien, que no es mi madre’ (o algo parecido). Resultado: 300 euros de multa.
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También es mala suerte. Pedazo de multa!!!!
saludos
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Falta de respeto a la autoridad. Tengo un probblema con el principio de autoridad. Esta ya es la segunda multa.
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¡Vaya! Yo también tengo que controlarme, el impulso ácrata siempre está a flor de piel.
Salut, company!
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Que despistado estas Manuel , ¿pues no ves en el semáforo que se trata de la salida de un colegio católico, esos de los niños con los niños y las niñas con las niñas (ahí no existen otras opciones), indicándoles que pasen con cuidado la carretera ya que es obligado hacerlo de la mano?…Voto por que se incluya este semáforo en el test de Rorschach (el de las figuras para evaluación psicológica)…saludos!
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¿Cómo no estarlo? No es fácil la vida del lesbiano. Es como la de aquel de la canción «El huerfanito»: Yo no tengo padre, / yo no tengo madre, / yo no tengo a nadie / que me quiera a mi». Iremos aprendiendo poco a poco. Comentarios como el tuyo serán de mucha ayuda.
Saludos y ¡salud!
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Gracias, de mi, aprender, no se, con que esboces una sonrisa cómplice al leerlos es suficiente…un abrazo!
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Y tanto. Las sonrisas están más difíciles cada día.
Un abrazo.
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