
«Discutiendo la Divina Comedia con Dante» (2006), óleo de Li Tiezi, Dai Dudu y Zhang An.
Parafraseo a José Martí, quien en 1879, en un discurso que pronunció en La Habana en honor del periodista Adolfo Márquez Sterling, dijo. “Los derechos se toman, no se piden; se arrancan, no se mendigan”.
La libertad del individuo es, o ha de ser, una cuestión universal, no un concepto que pueda ir alterándose en función de las circunstancias precisas de cada momento histórico. La libertad es la libertad sin más, la no subordinación de uno a otro. La libertad, pues, se conquista, no es un favor que haya que pedir a nadie. Y nada se conquista sin luchar. Así pues, hay que combatir por la libertad. Pero, ¿qué significa combatir por la libertad?
“Combatir por la libertad no es dejar que los dirigentes decidan por sí mismos ni seguirles con obediencia o a lo sumo criticarlos de vez en cuando. Combatir por la libertad es participar con todos los medios, pensar y decidir por uno mismo, asumir todas las responsabilidades como personas, entre compañeros iguales. Es cierto que pensar por sí mismo (…) constituye (…) una de las tareas más arduas y difíciles (…) [que exige] mucho más que pagar y obedecer. Pero ese es el único camino hacia la libertad. Pedir nuestra liberación a otros, los cuales hacen de esa liberación un instrumento de dominación, es sencillamente sustituir a los antiguos amos por otros nuevos”.
Son palabras de Anton Pannekoek que extraigo de “Los consejos obreros” (publicado originalmente en 1936 en International Council Correspondence, vol. 2, núm. 5, con el seudónimo de J. Harper).
Gracias por este relato. Llevo a José Martí en mi pecho. Conoci el nieto de
Me gustaLe gusta a 1 persona
Conoci el nieto de Márquez Sterling
Me gustaLe gusta a 1 persona