La perfección existe: el scat de Ella Fitzgerald en Berlín (1960)

Algo perfecto es algo inmejorable, insuperable. Conseguirlo es tan difícil, imposible para la mayoría, que solemos decir que la perfección no existe. Mas no es así. Se da muy rara vez –de lo contrario no le concederíamos tanta importancia–, pero se da. En personas excepcionales, personas que han nacido con un talento fuera de lo común, a años luz del resto de los mortales. Este el caso de Ella Fitzgerald, una mujer que vivió por y para la música, que en verdad vivía cuando cantaba, y más si era en directo. Cierto que todo lo que cantó, y afortunadamente grabó, es maravilloso, magnífico, genial y cuantos calificativos halagadores quieran añadir. Sin duda se los merece todos. Ninguna voz como la suya, ni en el siglo pasado ni en lo que llevamos de este. El scat que se marcó cuando cantó How High the Moon durante el concierto que dio en Berlín el 13 de febrero de 1960 –que se grabó en directo y fue lanzado ese mismo año en formato de elepé con el título Ella in Berlin: Mack the Knife– es ni más ni menos que la perfecta perfección, si me permiten el juego de palabras. Claro que, si no, también; ya lo he escrito.

El scat no es solo “un tipo de improvisación vocal, generalmente con palabras y sílabas sin sentido”, como acabo de leer en Wikipedia, al menos en Ella Fitzgerald. En Ella cada nota es un sonido armónico en una estructura de acordes, y las citas, las referencias, de otras canciones se ajustan perfectamente a la misma estructura de acordes. Y todo improvisado, tal su mente, su alma, le iba dictando. Y así se establece un diálogo entre voz e instrumentos muy bien avenido, sin fricciones, de lo más armónico. El scat de Ella es un torrente de invención. Como dijo Dizzy Gillespie, “puedo definir a Ella con una sola palabra: ¡Guau!”.

Me informo en el documental dirigido por Leslie Woodhead Ella Fitzgerald: Just One of Those Things (2018), magnifico por cierto, que cita más de cuarenta canciones: estándares del American Songbook, temas populares, tonadas infantiles, éxitos del teatro musical, gigas, solos de bop… Basándome en el mencionado documental, otros textos escritos sobre Ella Fitzgerald[1] y después de haber visionado numerosos vídeos[2], y con una muy escasa colaboración de mi oído, que únicamente supo reconocer ocho de los temas musicales que cita Ella Fitzgerald durante los 5,30 minutos que dura su inolvidable scat, he conseguido identificar veintisiete del total de cuarenta que dice Friedwald. Son los siguientes: Poinciana, Deep Purple, Love in Bloom, Ornithology, I Cover the Waterfront, Rockin’ in Rhythm, The Irish Washerwoman, Hawaiian War Chant, The Peanut Vendor, Salt Peanuts, Peter Peter Pumpkin Eater, Whatta ya say we god?, Stormy Weather, Yes! We Have No Bananas, Flight of the Bumblebee, Deep Purple, Did You Ever See a Dream Walking?, A-Tisket A-Tasket, Heat Wawe, Christmas Night in Harlem, On the Trail (of ‘The Gran Canyon Suite’), Willian Tell: Overture, You’re Getting to be a Habit with me, Mop Mop, notas de Rhapsody in Blue, Idaho y Smoke Gets in Your Eyes. En el vídeo he señalado en qué momento (excepto en Ornithology, del que repite algunas notas en varias ocasiones). Ella introduce cada uno de ellos con la mayor precisión de que me ha sido posible.

Pueden probar a ver cuántos son capaces de reconocer sin ver las anotaciones complementarias. Igual les divierte. En todo caso, que lo disfruten. Y recuerden que, a veces, la perfección existe. Y que en esta ocasión tiene nombre propio: Ella Fitzgerald.


[1] Will Friedwald: The Great Jazz and Pop Vocal Albums, 2017; Ingrid Husby Liland: Musical Analysis and Vocal Jazz. Investigating Form in Ella Fitzgerald’s solo in ‘How High the Moon’, 1960.

[2] Especialmente útil me ha resultado el publicado por Mike Daley en Vimeo: Ella Fitzgerald – ‘How High The Moon’ with musical quotes, 2020.