Los Raskólnikov

Raskólnikov, el protagonista de la novela de Dostoievski Crimen y castigo, pensaba que había dos clases de hombres: los que solo están en este mundo para reproducir la especie, para perpetuarla, y los que están llamados a hacer cosas extraordinarias, para los que no cuentan las normas.

Unos y otros se retroalimentan. Los primeros, los meros ‘reproductores’, se sienten satisfechos con la ordinariez de la vida común, con la rutina del día a día, con su “naturaleza apacible e indolente”. “Han venido al mundo –prosigue Dostoievski– a condición de no emprender nada por sí mismos y carecer de voluntad propia y, así, de vivir como títeres de cualquiera. Su misión en este mundo se reduce a ejecutar las órdenes de otros”, la de los que sostienen ese desbarajuste al que llaman orden y progreso, es decir, los Raskólnikov. De ahí que abunden tanto hoy los ‘hombres extraordinarios’. Y las mujeres. Son aquellos que se creen excepcionales y, en consecuencia, consideran que las reglas –que ellos mismos dictan– solo atañen a los demás.

Hay, sin embargo, una notable diferencia entre el protagonista de Crimen y castigo y los actuales Raskólnikov. Al primero la conciencia le pudo cuando se dio cuenta de que no era ese ser extraordinario que creía y del sinsentido de su crimen, y se entregó. Los actuales, en cambio, se comportan como cuenta Maurice Marsal (La autoridad, 1971) que hizo Diógenes. Al ser preguntado por unos piratas que lo habían capturado y querían venderlo sobre qué sabía hacer respondió: ‘Mandar hombres’. Y acto seguido añadió: ‘Pregunta si hay alguien que desee comprar un dueño’.

La presente es una versión modificada y ampliada de la entrada que publiqué en este blog el pasado 22 de enero.

9 pensamientos en “Los Raskólnikov

  1. Querido Manuel, me encanta detenerme con calma en tu espacio, aquí siempre aprendo algo interesante.
    No he leído crimen y castigo, a pesar de tenerla en casa.
    Haces una gran reflexión entre esos tipos de hombres.
    A mi se me hace complicado muchas veces diferenciarlos.
    Y perdón, pues tú eres hombre, pero yo creo que el hombre es cazador y reproductor por naturaleza.
    De la obra no te puedo decir nada, pues como te digo no la leí.
    Un abrazo.

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    • Te olvidas de una cosa, Yvonne: yo ante todo soy lesbiano. Como señalé en una entrada, “los lesbianos somos hombres [que nos sentimos atraídos por las mujeres], si por hombre se entiende aquel que tiene pene y testículos, o polla y cojones. Sin embargo, nuestra personalidad y carácter, nuestra manera de sentir y, en consecuencia, de comportarnos, son más propias de lo que habitualmente se considera que configura ‘lo femenino’. Entendemos que no es el género el que nos separa, sino la desigual participación en la distribución de bienes, y nos sentimos tan castrados por la sociedad patriarcal como las propias mujeres”. Me temo, pues, poco puedo aclararte. A mí me la pegan a cada dos por tres.
      Un cariñoso abrazo.

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      • Jajajaja Me me parto contigo Manuel.
        Yo también solía decir que era mariquita porque me gustan los hombres, qué casualidad!!
        Bueno seguiremos dotados cada uno de lo nuestro y sobre todo luchando por hacer un mundo en equidad.
        Un besazo.

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  2. Hermoso leer una entrada sobre Raskólnikov. Sobre Dostoievski
    Recordaba levemente ese pensamiento, gracias por refrescármelo
    No se qué pensador de la antigüedad dividía en tres clases a los hombres. Los que hacían exactamente lo que se esperaba de ellos, los que ni siquiera llegaban a ello… y los que hacía algo extraordinario.
    Sigo pensando quién era, si me acuerdo vuelvo

    Abrazo

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  3. Estimado Manuel me había hecho a la idea de no dar opinión en tu blog , más esto me encanta ,ya que de este Gran Escritor Ruso leí hace muchos años y siempre he pensado en el conocedor que fue de la psique en el tiempo en que vivió , los Raskònikov han existido siempre solo cambia el entorno , más sucede que hoy en día no existe ese remordimiento sino una extrema crueldad Quizá ustedes no vivan lo que nosotros con la violencia , en fin que me ha gustado lo que hoy nos compartes como siempre

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    • Gracias, María Elena. No entiendo que no quisieras expresar tu opinión en mi blog, pues creo que siempre he sido respetuoso contigo. En todo caso, celebro (aún más) que lo hayas hecho.
      Sí, los Raskólnikov han existido siempre, pero nunca habían tenido un caldo de cultivo como el que tienen en la sociedad actual. También la violencia es algo que ha existido siempre y que ahora adquiere dimensiones inusitadas; la física y la moral.

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