Policías y porras

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Kaosenlared.

Hace ya unos cuantos meses vi en televisión una escena, que se quedó fijada en mi mente, en la que un chico, que imagino que tendría en esos momentos unos 15 o 16 años, y su madre explicaban que el joven quería ser policía y los motivos que le movían a ello. Hace bastantes meses, recuerdo que aún estaba en cama recuperándome del infarto que sufrí a causa del síndrome de Takotsubo. Pero me impactó. En ella, un matrimonio (23 años casados) paseaba por Florencia, en una de esas excursiones que organizan los cruceros, acompañado de sus hijos: una muchacha y un muchacho adolescentes y el referido joven. En un momento determinado dice la mujer a cámara: “Yo soy profesora y mi marido es médico. Él –señalando al chico más mayor, que tiene a su derecha (en la imagen)– quiere ser policía”. “Nacional”, aclara el joven. Su madre sigue: “Nacional, por favor, na-cio-nal. Para dar porrazos, que es su ilusión”.

Esta mañana he buscado en internet, entre los posibles programas de televisión en que hubiera podido aparecer la escena, y al final he averiguado que se trata de un episodio titulado “Vacaciones en el mar”, del programa Conexión Samanta, en el que la periodista Samanta Villar navega durante una semana en el Liberty of the Sea, el segundo crucero más grande del mundo, emitido por primera vez el 15 de julio de 2011. Lo pueden encontrar fácilmente y la escena referida tiene lugar en el minuto 34:35.

Yo me pregunto, puesto que el episodio se emitió hace seis años y, obviamente, había sido rodado con anterioridad, si ese chico habrá logrado ya su sueño: ser policía nacional para dar porrazos. Y, si es así, ¿estaría ayer en Catalunya?, ¿se daría el gusto de repartir algún mamporro que otro a cualquiera de los más de 800 heridos que hubo a consecuencia de las cargas policiales? Y, si no, ¿puede que fuese uno de esos que jaleaban a los efectivos de la Policía Nacional y la Guardia Civil enviados por el Ministerio del Interior a Catalunya con gritos de ‘A por ellos’ como si fueran a salvarnos de una invasión alienígena? Porque si así fuera, me explico mejor el porqué de determinadas actuaciones, desproporcionadas y agresivas, que tuvieron lugar. ¿La sinrazón al poder? Eso parece. Un torbellino de sinrazón que nos arrastra a la locura. De eso sabía bien Malcolm Lowry. Suyo es este poema, “El trueno más allá del Popocatépetl”, publicado por primera vez en 1962 en el volumen Selects Poems, posteriormente traducido por Juan Luis Panero y editado en España en 2009:

Negros nubarrones de tormenta

combaten contra el viento

más allá del Popocatépetl,

del mismo modo que el viento de la razón

tiene el corazón crucificado

hasta que llega el excesivo peso de la locura,

la grieta en el cerebro.

Torbellino sin razón, el pétalo de la inteligencia

desgajado del tronco, en dónde puede caer

sino en la última oscuridad, en la tierra final.

Tomar las armas para defender al viento,

salmos de la desesperación, de la destruida razón.

Blancos pájaros vuelan contra el trueno

y aún más alto, donde Chejov

dijo que se encontraba la paz,

allí donde se transforma el corazón

y al fin retumba el trueno.

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