
“El paraíso perdido” (1921), óleo de Emil Nolde.
No alcanzo a comprender la prudencia, la cautela, la moderación, ni a quienes actúan de acuerdo con el dictado. Por supuesto, es la opción más fácil, no hay nada que interpretar. El mundo objetivado y, en consecuencia, neutro y abstracto.