Leía un artículo atrasado de El País (11 de octubre de 2015) titulado “Beber como españoles” que destacaba la siguiente frase: “La OMS alerta de que el elevado consumo general de alcohol, aceptado socialmente y no percibido como nocivo, puede poner en riesgo la mejor salud pública de Europa”. No diré que no sea así, ni mucho menos. Y tampoco negaré que “fumar mata”, como estoy acostumbrado a leer en las cajetillas de cigarrillos. Por supuesto el abuso de una u otra cosa es nocivo para la salud.
Como siempre, el Estado y las instituciones velan por nosotros. Ya que no pueden proteger nuestro bienestar, está bien que se preocupen por nuestra salud. Hay que ser buenos ciudadanos, buenos productores. Y fumar es malo, causa estragos terribles en nuestro cuerpo y nos mata de forma lenta y dolorosa. Y beber también, nos mata e inutiliza poco a poco.
Deduzco de tal actitud que levantarse de noche y regresar a casa también de noche para trabajar “en lo que sea” y al precio que sea, no poder llegar a fin de mes –o siquiera comenzarlo–, que te desahucien por no poder hacer frente al pago de la hipoteca a causa de una crisis de la que solo eres víctima, que tus hijos no tengan presente ni futuro alguno, debe ser bueno para salud. No veo leyendas ni fotografías como las que figuran en las cajetillas de tabaco junto a andamios, fábricas, talleres, almacenes, oficinas… No leo artículos –en la prensa de gran tirada al menos, esa que se dice que crea opinión– que nos advierta de los males que un sistema injusto, insolidario, hipócrita y tremendamente desigual puede ocasionar en nuestra salud.
A MI MANERA 
🖤
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vivir mata….mejor se cartucho quemado…besos al vacío desde el vacío
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Pues eso, mejor ser cartucho quemado que zombi. Besos ennegrecidos por el humo.
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No tener casa, no llegar a final de mes, esperar meses y meses una cita médica para un especialista y etc infinito, eso no cuenta. Mil aplausos a tu post.
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Mil gracias por tu comentario. Afectuosos saludos.
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Mata, pero nos lo venden igualmente y carísimo. Y, además, coincido contigo hay muchas cosas que matan de forma más contundente y, sin embargo, están exentas de toda mención. A mí me mata vivir en la sociedad que nos «ha tocado» o a la que hemos contribuido….en cualquier caso me asfixia…
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«Se ha hablado mucho de las cámaras de gas de Hitler, pero ya está claro que desde hace años todas las ciudades del mundo se están convirtiendo en cámaras de gas. En las de Hitler prevalecía el principio de la solución rápida y en las cámaras de gas del mundo prevalece el sistema del envenenamiento profundo y lento que en cualquier caso es envenenamiento del individuo.» (Enrico Baj).
Afectuosos saludos, Ana.
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Pues sí, cierto!
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Todo lo que comentas mata (la vida mata añadiría). Quizá sea lo importante analizar las situaciones en las que esta en nuestras manos la posibilidad de elegir que no intervengan. Salud! (nunca mejor dicho…)
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Ese es el problema: que está en nuestras manos y no hacemos nada, nos puede la indolencia.
Salud!
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