Federico García Lorca. Cinco poemas, cinco canciones

García Lorca quería ser músico cuando era un muchacho. De hecho, estudió piano y fue alumno de Manuel de Falla. Su afición y formación musical se refleja en su poesía: “Si te fijas en los primeros escritos de Lorca, tanto en prosa como en verso, hay muchísimas referencias musicales: compositores, formas, elementos musicales… Federico en su adolescencia tenía en mente ser músico e irse a París a estudiar. La obra de Lorca tiene muy presente en su estructura una rítmica muy acentuada que se acerca mucho en su construcción de los versos a la rítmica musical”, dijo Marco Antonio de la Ossa (autor del libro publicado en 1978 Ángel, musa y duende: Federico García Lorca) en unas declaraciones al diario El País del 4 de marzo de 2015.

Tal vez por ello, García Lorca es uno de los poetas más musicados de la historia. Él mismo, al piano, grabó en 1931 junto a Encarnación López La Argentinita cinco discos gramofónicos de pizarra de 78 revoluciones por minuto que contenían una canción en cada cara. Eran estas Zorongo gitano, Los cuatro muleros, Anda jaleo, En el Café de Chinitas, Las tres hojas, Los mozos de Monleón, Los peregrinitos, Nana de Sevilla, Sevillanas del siglo XVIII y Las morillas de Jaén. Escuchamos a ambos en la grabación original de Anda jaleo.

La leyenda del tiempo es un poema que se incluye al inicio del tercer acto de Así que pasen cinco años, una obra de teatro con tintes surrealistas, cuyo subtitulo es el del poema, que Lorca calificaba de “teatro imposible” para su momento que solo se valoraría pasadas unas cuantas décadas. La escribió en 1931 pero que no pudo verla estrenada, ya que sería asesinado cinco años después. Con música de Ricardo Pachón, Camarón de la Isla la grabó en uno de los álbumes considerados más importantes de la historia del flamenco, siendo la canción que lo abre y la que le da título. En el vídeo que sigue –una actuación para el programa de TVE  300 millones en 1979– Camarón la interpreta (en playback) acompañado del grupo Dolores.

Otra canción que aparece la obra que acabamos de mencionar de Camarón es Mi niña se fue a la mar, uno de los poemas que se recogen en la obra de Lorca Canciones (1921-1924) a la que Paco Ibáñez puso música en 1964. Vemos a Ibáñez con su hija Alicia interpretándola en directo en un concierto que dio en el Palau de la Música de Barcelona en 2002.

Pequeño[m1]  vals vienés –uno de los poemas que forman parte de su poemario Poeta en Nueva York, obra que se editó por primera vez el 24 de mayo de 1940 en inglés con el título The poet in New York and other poems– está fechado el 13 de febrero de 1930 y fue publicado originalmente en la revista 1616. En 1986, Leonard Cohen le puso música y nació la bella canción Take this Waltz. Con ella se abría el álbum que editó CBS con motivo del 50 aniversario del nacimiento de García Lorca Poets in New York, que recogía también versiones de otros poemas suyos realizadas por Mikis Theodorakis y Georges Moustaki, Patxi Andion, David Broza, Angelo Branduardi, Paco y Pepe de Lucía, Manfred Maurenbrecher, Víctor Manuel, Chico Buarque y Raimundo Fagner, Lluís Llach, y Donovan. Ese mismo año Columbia produjo el elepé de Cohen I’m Your Man, en el que se incluía la canción. Cohen modificó parcialmente la letra[1]. No lo hizo, en cambio, Sílvia Pérez Cruz, a quien escuchamos, junto a Pájaro, interpretando Pequeño vals vienés en un fragmento extraído del documental Luna grande, un tango por García Lorca (2017).

Vamos ahora con un tema popular andaluz que recuperó García Lorca y grabó con La Argentinita en los discos gramofónicos de 1931 que comentábamos al principio. Nos referimos a Los cuatro muleros. Su intérprete en el vídeo que figura acto seguido –una producción de Juan Raya para Estudios Domi, de Morón de la Frontera– es Manolo Paradas, uno de los grandes del flamenco, quien la grabó en 2007 en su álbum Añoranza flamenca.

Finalizamos con la conocidísima La tarara, poema que Federico García Lorca escribió a partir de unas coplas populares posiblemente de origen sefardí. La versión que hemos seleccionado corre a cargo de Babel Ruiz –una voz repleta de matices que tiene una forma de cantar tremendamente personal, apasionada y precisa, cuyo repertorio abarca desde la canción protesta, la música mediterránea y el jazz– y se incluye en su álbum de este mismo año, 2016, Las manos de mi madre. La versión acústica que escuchamos no es la del disco sino una interpretación en directo en compañía del excelente guitarrista Javier Navarro.

Que pasen un buen día (o lo mejor posible).


[1] “Ahora en Viena hay diez hermosas mujeres. / Hay un hombro donde la muerte viene a llorar. / Hay un vestíbulo con novecientas ventanas. / Hay un árbol, al que las palomas van a morir. / Hay un pedazo que fue arrancado por la mañana / que cuelga de una helada galería. / ¡Ay, ay, ay, ay! / Toma este vals, toma este vals. / Tómalo con la pinza de sus mandíbulas. / ¡Oh! te quiero, te quiero, te quiero. / En una silla con una revista muerta, / en una cueva con un trozo de un lirio, / en algunos pasillos donde el amor nunca estuvo, / en una cama donde la luna ha sudado / en un sollozo lleno de pisadas y arena. / ¡Ay, ay, ay, ay! / Toma este vals, toma este vals. / Toma su cintura rota en tu mano. / Este vals, este vals, este vals, este vals, / con su aroma a brandy y a muerte / arrastrando su cola hacia el mar. / Hay una sala de conciertos en Viena / donde tu boca fue mil veces criticada. / Hay un bar donde los chicos han dejado de hablar, / condenados a muerte por el blues. / Ah, pero ¿quién se sube a tu imagen / con una guirnalda de lágrimas recién cortadas? / ¡Ay, ay, ay, ay! / Toma este vals, toma este vals. / Toma este vals que ha estado muriendo durante años. / Hay un ático donde los niños están jugando / donde pronto tengo que acostarme contigo / en un sueño de linternas húngaras, / entre la niebla de una dulce tarde. / Y veré lo que has encadenado a tu desdicha, / todas tus ovejas y tus lirios de nieve. ¡Ay, ay, ay, ay! / Toma este vals, toma este vals, / con su ‘yo nunca te olvidaré, ya sabes’. / Este vals, este vals, este vals, este vals… / Y bailaré contigo en Viena, / llevaré un disfraz de río, / el jacinto silvestre en mi hombro, / mi boca en el rocío de tus muslos. / Y enterraré mi alma en un libro de recuerdos, / con las fotografías y el moho, / y me rendiré ante la inundación de tu belleza, / mi violín barato y mi cruz. / Y tú me llevarás con tu baile, / a las piscinas que levantas en tu muñeca. / ¡Oh! mi amor, oh mi amor. / Toma este vals, toma este vals. / Es tuyo ahora. /Es todo lo que hay”


14 pensamientos en “Federico García Lorca. Cinco poemas, cinco canciones

  1. Ay Manuel y vaya jaleo que has armao con este blog para mi el más sentido y hermoso por diversas razones , hoy les envío a ti y a Lorca uno de mis favoritos de siempre todo un torbellino de 💛💛💛… por el jaleo que has armao en los sentimientos , la hermosisimsa versión de “Los cuatro muleros “ y el Vals Vienes , hoy , si , hoy me ha encantao , Manuel Gitano

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  2. Pingback: Federico García Lorca. Cinco poemas, cinco canciones — A MI MANERA – Luis Talante

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