
Comencé a preparar el viaje. Con detenimiento, todo debía estar calculado hasta el más mínimo detalle, sin imprevistos de ningún tipo, se trataba de ir y regresar cuanto antes. Pero nunca se sabe. […] Fui tan meticuloso con los preparativos que incluso tuve en cuenta la posibilidad de que no volviera, podía suceder cualquier cosa, perderme para siempre, por ejemplo, y recogí todo cuanto pude de lo que mi memoria había ido dejando esparcido por cualquier lugar, lo que me obligó a una exhaustiva y minuciosa búsqueda que, por otra parte, me sirvió para hacer limpieza, pues no había orden alguno y se podía encontrar recuerdos, pedazos de recuerdos a veces únicamente, debajo del sofá o de la cama, entre las telarañas del llamado cuarto de estar ─lleno de ellas por eso, por ser de estar─, en el bidé o incluso en la nevera, y en el techo sobre todo. Todo lo recogí, por si no volvía, todo lo necesario, pues dejé muchas cosas que sin duda sería fácil encontrar en cualquier sitio, como los pensamientos, los proyectos o las intenciones.
Manuel Cerdà: El viaje (2014, nueva ed. 2019).
Cuando leí esto en tu libro, quedé inmediatamente atrapada. Poco menos de un año antes de estarlo leyendo había hecho exactamente lo mismo que tu personaje, con las mismas precauciones e incertidumbres. Fue muy especial para mí, encontrar a alguien que pudiera expresar tan perfecta y profundamente ese sentimiento y acción, como si hubiera estado allí en mi casa, dentro de mi mente y corazón.
En ese momento, sin tu consentimiento publiqué parte de este fragmento junto con una pieza que había hecho esos días en los que me atormentaban estas ideas y recuerdos.
Demás está decir el éxito obtenido y los comentarios elogiosos a tus palabras, muchas personas se identificaron con ellas al igual que lo hice yo.
Nuevamente gracias!
Afectuosos saludos y un abrazo.
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Nuevamente gracias a ti, Violeta. Tu comentario me halaga tanto como me conmueve.
Afectuosos saludos y feliz semana. Un abrazo.
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Nota: la publicación que hice, por supuesto lleva los créditos correspondientes mencionando el libro y su autor.
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La foto, genial. Al igual que tus palabras, expresa perfectamente toda la situación.
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La foto es de de mi hijo.
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Manuel ya hice ese Viaje contigo en tu lectura que mucho aprecié , todo viaje hacia la nostalgia , recuerdos vividos o solo observados con ojos de Escritor y Artista nos confrontan con nosotros mismos , observo que la imagen desoladora fue tomada por tu hijo , como siempre saludos y te abrazo con cariño desde la realidad
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Así es, María Elena. La foto fue tomada por mi hijo, si no recuerdo mal en un viaje por el desierto de Túnez.
Un cariñoso abrazo.
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