A mi manera (sobre mi vida)

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Mi madre (Amparo Pérez Valls), yo (Manuel Cerdà Pérez) y mi padre (Manuel Cerdà Gisbert), 1954.

Dele play antes de empezar a leer:

 

Nací el 1 de julio de 1954 en un pueblo al norte de la provincia de Alicante que entonces contaba unos 4.000 habitantes: Muro (oficialmente Muro de Alcoy/Muro d’Alcoi.

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Mi padre poco después de instalarse en Barcelona (principios de la década de 1930).

Mi padre, Manuel Cerdà Gisbert, era sastre, un buen sastre. En 1925, con 16 años, se fue a vivir a Barcelona, donde apren-dió el oficio, llegando incluso –me lo contaba de pequeño y para mí era algo grandioso– a vestir a jugadores del Barça. Pero vino la sublevación militar de 1936, la guerra que le siguió y se saldó con la derrota de los republi-canos, y el posterior éxodo de los vencidos a Francia tras la caída de Barcelona a finales de enero de 1939. Entre ellos mi padre, confi-nado en el campo de concentración de Argelès hasta que lo deportaron a España. Cuando le dejaron libre, las cosas en Barcelona no eran igual y se vino a Muro (él era de un pueblo muy cercano, l’Alqueria d’Asnar). Montó una sastrería, empezaron a llegar clientes, cada día más. En su taller trabajaban varias chicas del pueblo. Una de ellas, dieciocho años más joven que él, era mi madre: Amparo Pérez Valls (Amparín para la gente mayor). Entre ellos surgió el amor y nací yo, el fill de Manolo el Sastre. Dos años después lo haría mi hermana, Fina, la filla de Manolo el Sastre.

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Las chicas que trabajaban en el taller de mi padre. La de abajo, la que está sentada con una niña (Reme) en el regazo, es mi madre. La fotografía es anterior a mi nacimiento.

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Con mis padres y mi hermana (Fina) un día de Pascua (1963).

Mi niñez fue plácida, si exceptuamos una hepatitis que padecí a los cuatro años de la me salvé de milagro. Eso sí, con un hígado que ni el de Chavela Vargas, con quien –dicho sea de paso– me identifico cuando dice que ella ama con el hígado. Fui creciendo y mi adolescencia y primeros años de juventud transcurrieron relajadamen-te, sin preocupaciones materiales. Preocupaciones espirituales sí ocupaban mi mente. Las religiosas fueron especialmente desasose-gantes en la niñez, pero poco a poco dejaron de existir. Estas, y todas las demás, fueron convirtiéndose en inquietudes durante mi adolescencia. Entre ellas, ante todo, estaban las chicas, y también las de tipo intelectual. No sé muy bien los motivos, aunque puede que algo tuviera que ver que en el taller –donde de niño pasaba muchas horas con las chicas y a veces las ‘ayudada’ a sobrehilar– siempre estaba la radio puesta, la misma en la que, pocos años después, escuchaba por la noche Radio Pirenaica (Baja el volumen, que te oirán desde la calle, me decían mi padre, o mi madre); que en mi casa había bastantes libros o que todos los días nos traían el periódico a casa (magnífica fuente de información, pues en mi pueblo nos dejaban entrar al cine fuera la película ‘tolerada menores’ o estuviese calificada 4R, aquellas cuya visión se consideraba ‘gravemente peligrosa para todos’, y en el periódico venía la calificación de cada una, por lo que trataba de no perderme ninguna 4R). No sé. Elucubro, supongo.

Poco antes de marchar a estudiar a València –lo que hice a los 18 años– mis inquietudes se habían afianzado y robustecido. Unas y otras. Soñaba con ser escritor, o periodista de guerra, y me gustaban aún más las chicas, y también la música y el cine. Llegué a montar un cine-club en mi pueblo. En el autobús de línea iba a València, a contratar las películas, y ya allí visitaba algunas librerías (la de Paco Dávila, sobre todo, donde podía conseguir libros prohibidos, como los de Ruedo Ibérico). Conocía a Marx, a Engels, a Bakunin, a Lenin o a Trotski –otra cosa es que les entendiera correctamente; en realidad constituían un totum revolutum ideológico que me costó mucho articular, diría que aún sigo en ello)– y leía todas semanas Triunfo y Cuadernos para el diálogo. Me gustaban Led Zeppelin y Deep Purple y acababa de descubrir el jazz (a los 17 años compré mis dos primeros elepés: uno de Duke Ellington y otro de Bill Evans). Y andaba loco por conseguir el libro de Kerouac En la carretera. Todo esto no era incompatible, ni mucho menos, con los guateques, las verbenas de pueblo y las chicas.

Ya en Valencia –donde finalmente acabé matriculándome en Filosofía y Letras– pude ahondar en mis inquietudes con mayor o menor fortuna. Me casé, tuve –y tengo– un hijo, Nelo, de madre murera, valencianohablante (o catalanohablante, que es lo mismo), como sus padres y sus respectivas familias.

Empecé a trabajar, como historiador. Investigué, escribí, publiqué, dirigí, fui profesor… Me ‘profesionalicé’. A costa, creo ahora, de seguir siendo un amateur de la vida. Hasta que un buen día dije basta, hastiado de moverme en un medio donde lo que prima es la meritocracia, el amiguismo y la corrupción intelectual de tanto mindundi servil del poder. Entonces los roles se invirtieron y me empeñé –y en esas sigo– en ser amateur en lo que antes había sido profesional y viceversa.

Me di cuenta de que todo cuanto había hecho, o intentado hacer, en mi vida, éxitos y fracasos, esperanzas y desilusiones, tenían una cosa en común: “lo hice a mi manera”, una “manera” de ser, de comportarme y actuar, que conforman mi carácter y personalidad, al tiempo que cobré conciencia de que sus rasgos ya estaban delimitados cuando dejé mi pueblo para estudiar en Valencia. Fue una especie de reencuentro conmigo mismo.

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Con mi madre a las pocas semanas de haber nacido (1954).

Ya apuntaba maneras al nacer. Lo hice, como comentaba, un 1 de julio, sobre las dos de la tarde, es decir, en el momento más bochornoso del día. Bochornoso en valenciano (catalán) se traduce, entre otras acepciones, como bascós, término que a la vez equivale a inquieto, hiperactivo. Mi madre –dicen que nadie nos conoce mejor que nuestra madre– siempre me decía que era un bascós, que no podía estar quieto un minuto y no paraba de tramar toda clase cosas. También Fill meu, tu no serveixes ni per la política ni per als negocis, eres massa cabut (demasiado obstinado y de ideas fijas) i massa confiat. Todo ello revelaba evidentes rasgos de puerilidad en mi comportamiento. És que eres com un xiquet, o Eres pitjor que un xiquet (niño). No se equivocó un ápice. Así he sido y seré. Así me ha ido y me irá. A estas alturas de mi vida más que nunca me identifico con el niño-adolescente-joven que era en Muro.

Debe ser por todo esto que My Way es mi canción preferida. My Way, no Comme d’habitude, y por Frank Sinatra, es decir, con la versión de la letra en inglés que hizo Paul Anka.

(…) He vivido una vida plena,
viajé por todos y cada una de los caminos.
Y más, mucho más que esto,
lo hice a mi manera.
Arrepentimientos he tenido unos pocos,
demasiado pocos como para mencionarlos.
Hice lo que tenía que hacer,
como consideré, sin excepción.
Planifiqué todo,
cada paso a lo largo del camino, cuidadoso.
Y más, mucho más que esto,
lo hice a mi manera.
Sí, hubo veces,
seguro de que lo sabéis,
en las que mordí
más de lo que podía masticar.
Pero durante ese tiempo,
cuando tuve dudas,
todo me lo comí y lo escupí.
Me enfrenté a todo y no me hundí.
Y lo hice a mi manera.
He amado, he reído y llorado,
ya he perdido suficiente.
Y ahora, que las lágrimas se consumen,
encuentro todo aquello tan entretenido…
Pensar que hice todo eso.
Y, puedo decir, sin timidez:
Oh, no, oh, no, no. Yo, yo, lo hice a mi manera.
Pues, ¿qué es un hombre?, ¿lo que tiene?
Si no es él mismo, no tiene nada.
Decir las cosas que realmente siente
y no las palabras de alguien que se arrodilla.
Mi historia muestra que encajé los golpes
y lo hice a mi manera.
Sí, fue a mi manera.

Sinatra detestaba cantar My Way, pues era algo así como cantar uno su propio epitafio en vida, decía. Yo canto muy mal. Más aún: peor. No tengo, pues, ese problema. Y a mí –y seguro que no solo a mí– sí me gustaría que cuando muera y sea un montón de cenizas mis allegados me despidieran con esta canción. Y que las cenizas, sobre todo si son tóxicas, que, como dijo Groucho Marx, “el diez por ciento sean vertidas sobre mi representante”. En mi caso, sobre mis representantes, es decir, sobre aquellos que se arrogan la facultad de decidir cómo tenemos que ser todos los demás, y sobre tanto tullido intelectual y travestido ideológico. Todas.

En fin, la canción debe estar finalizando si no lo ha hecho ya. Si quieren saber más sobre mí, sobre las actividades que, desde entonces, profesional y/o vocacionalmente, he llevado a cabo y son, en definitiva, el sustento de este blog, pueden consultar mi biografía en Wikipedia.

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Manuel Cerdà

29 pensamientos en “A mi manera (sobre mi vida)

    • Muchísimas gracias por tan amable y benévolo comentario. Como escribía en otro comentario hace un momento, aun a riesgo de poder pecar de petulancia, he tratado hacer mía una máxima del historiador Marc Bloch, quien no conseguía “imaginar mayor halago para un escritor que saber hablar por igual a los doctos y a los escolares”.
      Afectuosos saludos y que pases un muy buen día.

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    • Queridísima Ana,
      con la edad uno va perdiendo pudor, la espontaneidad cobra fuerza y acabas desnudándote emocionalmente. Eso a mí, que tengo un carácter hiperactivo (ya sabes que soy un ‘desficiós desficaciat’), me conduce más que a la sinceridad a la procacidad. De ahí que cada día me guste menos hablar en público (solo lo hago en Muro, y porque es mi pueblo), pues, como decía Rubianes, ‘se me calienta la boca’ y acabo echando por ella sapos y culebras. Escribirlo es otra cosa, me da tiempo a analizar racionalmente las palabras y la espontaneidad sí, creo, llega a convertirse en sinceridad. De todos modos, qué te voy a contra de mí que no sepas.
      Un fuerte abrazo como amiga y como ‘reina madre’.

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    • ¿Habrá alguna de Groucho que no lo sea?
      Vi que mi biografía en Wikipedia no está actualizada. Conozco a la persona que la redactó (una amiga, por sorpresa, como regalo), la llamaré.
      Tengo un buen currículum, sí, pero ya ves, a estas alturas, con tanta gente que he conocido y en tantos ambientes como me he movido, aquí estoy, autopublicándome las novelas y casi mendigando que alguien compre un ejemplar. Eso me pasa por haber hecho las cosas ‘a mi manera’. Pero, bueno, no me arrepiento. Solo hay una cosa que, de saberlo, podría haber combinado esa ‘manera’ mía con la de otros, que el hecho de que mi hijo que se llame igual que yo, más que beneficiarle, haya sido un impedimento más de una vez en el mundo de la Administración.

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  1. Mi estimado Manuel,creo en el destino (casualidad o como quieran llamarlo). Y es por eso que me ha conmovido tanto tu relato. Nacimos el mismo mes del mismo año,Yo un 18 de Julio de 1954,en un pueblo del norte de la Provincia de Santa Fe : San Lorenzo,conocida por la batalla que alli libro el General Jose de San Martin y por su»retoño» de pino histórico. En la República Argentina.Mi padre era panadero,oficio heredado por mi tio. Nada hay mas placentero que el olor a pan fresco..de vez en cuando lo siento y viajo al pasado. Tambien mi infancia fue placentera y alegre. Soy la hermana «del medio»,Adriana es la mayor y Silvia la menor. Segun mi mamale di mucho trabajo por inquieta y revoltosa.Los mayores de ambas familias cargaban conmigo al grito de: me llevo a Juanita para que se entretenga!!!! Asi que iba de casa en casa y la pasaba bomba. Soñadora y romantica incurable,comence la carrera de Letras,pero deje en 2do año. Conoci al padre de mis hijos: Maria Celeste y Bruno Matias. Por esa epoca ya vivia en Rosario,la gran ciudad…Mas tarde,ya grande, me recibi de Maestra y hace 12 años me case por 1ra vez.

    Fanatica del cine,la musica y los libros. Todo «mamado» desde pequeña. Hoy trabajo en una escuela secundaria,tareas administrativas. Me faltan años de aportes jubilatorios,pero me gusta lo que hago y estar con los adolescentes me encanta. A pesar de la problematica social. Asi que,como veras,me siento un poco identificada contigo. Obvio que me superas ampliamente en cuanto a lectura y escritura se refiere. Y disfruto mucho tus publicaciones.Bueno,ya no te aburro mas con mi historia. Una vez mas,gracias por compartir tu vida con los que te seguimos,es un placer. Abrazo cariñoso a la distancia!!!!
    Pido disculpas por los errores de ortografia,sobre todo los acentos. No manejo muy bien la computadora.
    Tengo una coleccion de CD de jazz bellisima. Y amo a Frank Sinatra!!!!!!!

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    • Querida Juana,
      vaya día para nacer, el 18 de julio, el día que parte del Ejército se levantó contra la Segunda República y desencadenó la guerra civil, instaurando la dictadura de Franco. Aquí, en España, me refiero. Tengo un amigo que nació exactamente el mismo día y año que tú, en un pueblo del interior de la provincia de Valencia, y encima sus padres le pusieron de nombre José Antonio. Pero aún hay más, su padre es de apellido Franco.
      Más que en el destino, o en la casualidad, yo creo que son las circunstancias históricas que nos rodean las que hacen que determinados aspectos de nuestras vidas se parezcan a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia. Como escribió Henri Bergson, “¿qué somos, qué es nuestro carácter sino la condensación de la historia que hemos vivido desde nuestro nacimiento?”. Es con nuestro pasado como deseamos, queremos y actuamos. Somos producto de las experiencias vividas desde que la memoria comienza a tener la capacidad de almacenar recuerdos, y los primeros son el sustrato sobre el que se tejerá nuestra existencia.
      No me aburre tu historia, ni mucho menos, y de nada tienes que disculparte conmigo.
      Un fraternal y sincero abrazo.

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  2. Creo que tenemos vidas y vivencias bastante parecidas en algunas cosas y diferentes en otras, pero somos de la misma generación (yo un poco mayor noviembre del 52). Creo que tenemos mucho que contar. Me gusta como escribes y como te expresas, así que te seguiré siguiendo.

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    • Casi, casi, te digo lo mismo que en el comentario anterior al tuyo. Voy leyendo y contestando uno por uno. Las circunstancias históricas que nos rodean son las que hacen que determinados aspectos de nuestras vidas se parezcan a pesar de vivir en lugares distintos. Como escribió Henri Bergson, “¿qué somos, qué es nuestro carácter sino la condensación de la historia que hemos vivido desde nuestro nacimiento?”. Es con nuestro pasado como deseamos, queremos y actuamos. Somos producto de las experiencias vividas desde que la memoria comienza a tener la capacidad de almacenar recuerdos, y los primeros son el sustrato sobre el que se tejerá nuestra existencia.
      La verdad es que sí, tenemos mucho que contar, y, es más, me atrevería a decir que tenemos cierto deber moral de contarlo. Cada persona mayor que muere es una biblioteca que se incendia, escribió un historiador (no recuerdo si Bloch o Febvre). Que eso siga pasando hoy en día, con tanta tecnología a nuestra disposición, es frustrante como poco.
      En cuanto a lo que me dices sobre cómo escribo, aun a riesgo de poder pecar de petulancia, he tratado hacer mía una máxima de Marc Bloch (de esta sí estoy seguro, es de su libro “Introducción a la historia”, 1949), quien no conseguía “imaginar mayor halago para un escritor que saber hablar por igual a los doctos y a los escolares”.
      Gracias por tu amable comentario. Como quiera que a mí también me resulta un placer leerte, nos seguiremos siguiendo y hablando.
      Un abrazo.

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  3. El año pasado estuvimos de vacaciones a Argelès sur Mer y allí coincidimos con la inauguración, a finales de junio, de una exposición permanente sobre «la retirada» de los cientos de miles de republicanos que fueron a parar a la playa de Argelés. Fue un acto emotivo. Te lo comento por si no la has visto aun. Hay muchas fotos. Igual aparece tu padre. También vimos la tumba de Antonio Machado en Collioure (Aun le siguen dejando papelitos con poesías sobre la losa)

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  4. Pingback: A mi manera. O eso procuré. | EL BLOG DE MANUEL CERDÀ

  5. Pingback: Comenzar de nuevo – EL BLOG DE MANUEL CERDÀ

  6. Pingback: My Way (subtitulada). Frank Sinatra – A MI MANERA

  7. Gracias por compartir tanto… El día menos pensado compro uno de tus libros. Nunca me gustaron los best-seller. Orgulloso de haberte encontrado por los internetes…

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  8. Estimado Manuel… me encanta tu blog, no te conozco pero ayer estuve leyendo
    algunos de tus títulos, viendo tus fotos del pasado, de tus padres, de tu hijo, de tus vivencias en general, me conmovió grandemente tu naturalidad y sinceridad al compartirlas, dice mucho del ser que eres. A mi manera es una frase muy sabia
    y franca de trasmitir tu esencia, es fascinante conocer a una persona a través de lo que escribe, he tenido la fortuna de compartir mi vida con seres nacidos en las artes, aprendí y aprendo de ellos lo mágico y sorprendente del vivir cada instante. Mi canción preferida es My Way y sobretodo si la canta Sinatra. Gracias, miles de gracias por tu compartir.
    Abrazo!

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    • Me siento muy halagado con tus palabras, Nilse. Hay veces que uno se cansa, que se pregunta ¿y yo para qué hago todo esto? Entonces lees unas palabras tan lindas como las que me dedicas y se esfuman todas las dudas.
      ‘My Way’ es también mi canción preferida (por Sinatra, claro). Me encanta la melodía y me identifico con su letra.
      Miles, millones, de gracias a ti, Nilse. Y como ya va siendo hora de tomar una cervecita voy a hacerlo a tu salud.
      Un sentido abrazo.

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  9. Querido Manuel , creo mi Sherlock Holmes hubiese investigado para saber una fecha , me decía ; se que es en Julio más me aclaraste que no era el 17 ,bueno ya sé el exacto día en que viste la luz por vez primera lo que me encanta sucediera pues eres diferente a tantas personas , que no digo sean menos , más tú eres especial , al menos así te percibo , me gustó también tu breve autobiografía y la vida de tu padre como la de tantos Españoles ,de lucha , incluyo a mis ancestros más ellos no son ahora el caso , para mi misión cumplida , el 1 de Julio de 1954 vino a gozar y padecer este Mundo alguien que aprecio mucho

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